Prosa aprisa // Arturo Reyes Isidoro
La nota prácticamente se perdió o ya no despertó interés ante tantos palos legales que le han venido dando a la Fiscalía General del Estado.
El pasado viernes, una nota del reportero Miguel Ángel León Carmona dio cuenta de que un juez de control notificó la no vinculación a proceso del exsecretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, quien había sido acusado de abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal y desvío de recursos en agravio del servicio público.
El periodista tuvo acceso a la resolución del juez Andrés García Velasco, quien el 16 de agosto notificó a un juez federal, quien había amparado lisa y llanamente al exfuncionario, el acatamiento de la sentencia del juicio de amparo 968/2021. Gómez Pelegrín había sido detenido el 9 de octubre de 2021.
Desde abril pasado, esa sentencia había determinado que la Fiscalía a cargo de Verónica Hernández Giadáns no había presentado datos de pruebas “idóneos ni pertinentes” para, si quiera, presumir su responsabilidad (e-consulta.com Veracruz).
La resolución del juez federal demuestra, una vez más, la ligereza y la grave irresponsabilidad con la que ha venido actuando la Fiscalía General del Estado, que ha encarcelado a personas que han resultado inocentes, algunas de los cuales ya han recuperado su libertad (como José Manuel del Río Virgen, Pasiano Rueda Canseco y ahora Gómez Pelegrín), pero muchas otras permanecen encarceladas, no obstante que resoluciones de tribunales federales han fallado a su favor.
No obstante lo anterior, las autoridades de la Fiscalía permanecen impunes, la fiscal Hernández Giadáns se mantiene en su cargo sin responder a nadie por la responsabilidad que le resulta, y el Congreso local, que la nombró, no la llama a cuentas ni a ella ni a alguno de sus colaboradores que han cometido los actos arbitrarios de las detenciones.
El muerto, el arrimado y…
A propósito del personaje, rescato ahora la columna que publiqué sobre él el 14 de noviembre de 2016 (“El muerto, el arrimado y…”):
“Algo que admiré en Antonio ‘Toño’ Gómez Pelegrín como Secretario de Finanzas y Planeación (Sefiplan), cargo al que renunció ayer, fue que llevaba hasta sus últimas consecuencias el dicho aquel de que al mal tiempo buena cara.
Cuando aceptó entrar al relevo de Mauricio Audirac Murillo el 17 de marzo de 2015, la Sefiplan ya era una bomba de tiempo. Siempre me pregunté, y luego le pregunté, por qué había decidido complicarse la vida.
Hizo lo que pudo y lo mejor que pudo y aguantó vara. A Javier Duarte evitó que se le derrumbara el gobierno porque se constituyó en un muro de contención echándose las broncas encima. Su buen carácter y su disposición al diálogo calmaron muchas veces el ánimo de acreedores y prestadores de servicio.
Hace 17 días, el domingo 30 de octubre, cuando coincidimos en Boca del Río me comentó que en su actuación había privilegiado el pago a los trabajadores para no afectar a sus familias, ya que había prioridad de prioridades (en una declaración al respecto dijo que asumía la responsabilidad que le tocara por ese hecho).
Me explicó que una de las medidas para aliviar la presión en las finanzas estatales era despedir a por lo menos 20 mil trabajadores, un 10 por ciento de toda la burocracia estatal, lo que no veía fácil.
Pero quizás imbuido por el festivo carácter de quien fue su suegro, aquel célebre personaje alvaradeño, Octavio ‘El negro’ Ochoa y Ochoa, quien llegó a ser líder continental de ganaderos y quien viajaba con los presidentes de la república de su época, como Adolfo López Mateos, quien traía la sonrisa y el chiste a flor de labio, ese domingo Gómez Pelegrín sonreía e incluso creo que hasta se reía de que lo habían tenido atrapado los alcaldes en el Palacio de Gobierno hasta altas horas de la madrugada (panistas encabezados entonces por Miguel Ángel Yunes Márquez).
—Toño…
—¡Ya sé, me vas a preguntar por qué acepté el cargo! —me atajó de inmediato.
—No. Eso ya te lo he preguntado —le dije mientras él permanecía a la expectativa—. Quiero que me confirmes si es cierta la versión que tengo de por qué lo hiciste.
—¿Cuál? –reaccionó sorprendido.
—Que porque ya no te aguantaban en tu casa.
Soltó la carcajada.
—Sé incluso que tú completaste el dicho aquel de que el muerto y el arrimado a los tres días apestan.
Más carcajadas. Se acercó entonces al gobernador Flavino Ríos Alvarado y platicó:
‘Sí, el dicho completo es: el muerto, el arrimado y el marido jubilado a los tres días apestan’.
¡Chin! Y ahora lo rebotan de nuevo como jubilado a su casa.
Se ha ido del cargo y lo van a extrañar los empleados de Finanzas, porque era toda amabilidad y atención con ellos, a quienes cada que podía los pasaba a saludar a sus oficinas.
Siendo titular de Finanzas a mí me sorprendía encontrarlo sábados o domingos comiendo con su familia en un modesto restaurante de mariscos por mi rumbo, nada de lujo, un negocio para consumidores de clase media. Austero, pues”.
Zepeta y equipo cercano al Gobernador controlarán Morena
En fuentes de Morena confirman que todo está listo para que el próximo sábado se formalice la elección de la nueva dirigencia estatal, que presidirá Esteban Ramírez Zepeta, quien se da por hecho que encabezará un grupo cercano al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, que será el que controle el partido guinda.
Además de la presidencia, dan por hecho que el grupo cuitlahuista se quedará con la secretaría general, cargo que recaerá en una mujer, con la secretaría de organización y con la de finanzas.